El cuerpo de los insectos está formado por tres regiones principales (denominadas tagmas): cabeza, tórax y abdomen, uniformemente recubiertas por un exoesqueleto.
El exoesqueleto:
la cutícula quitinosa que recubre todo el cuerpo de los insectos y demás artrópodos. El exoesqueleto contiene componentes rígidos y resistentes que cumplen una serie de papeles funcionales, los que incluyen protección, excreción, apoyo, alimentación, percepción y (para los insectos terrestres) actúa también como una barrera para evitar la desecación. El exoesqueleto apareció por primera vez en el registro fósil hace unos 550 millones de años atrás y su evolución ha sido crítica para la radiación adaptativa y la conquista de casi todos los nichos ecológicos del planeta que los artrópodos han venido realizando desde el Cámbrico.
Cabeza:
La cabeza es la región anterior del cuerpo, en forma de cápsula, que contiene los ojos, antenas y piezas bucales. La forma de la cabeza varía considerablemente entre los insectos, pero en la mayoría de ellos es fuertemente esclerosada (dura).
Ojos:
La mayoría de los insectos tienen un par de ojos compuestos relativamente grandes, localizados dorso-lateralmente en la cabeza. La superficie de cada ojo compuesto está dividida en un cierto numero de áreas circulares o hexagonales llamadas facetas u ommatidios; cada faceta es una lente de una única unidad visual. En adición a los ojos compuestos, la mayoría de los insectos posee tres ojos simples u ocelos localizados en la parte superior de la cabeza, entre los ojos compuestos.
Antenas:
Artículo principal: Antena (anatomía)
Son apéndices móviles multiarticulados. Se presentan en número par en los insectos adultos y la mayoría de las larvas. Están formadas por un número variable de artejos denominados antenómeros o antenitas. El cometido de las antenas es eminentemente sensorial, desempeñando varias funciones. La función táctil es la principal, gracias a los pelos táctiles que recubren casi todos los antenómeros; también desempeñan una función olfativa, proporcionada por áreas olfativas en forma de placas cribadas de poros microscópicos distribuidas sobre la superficie de algunos antenómeros terminales. También poseen una función auditiva y a veces una función prensora durante la cópula, al sujetar a la hembra. Están formadas por tres partes, siendo las dos primeras únicas y uniarticuladas y la tercera comprende un número variable de antenómeros y se denominan respectivamente
Bachiller: Gleidys Espina
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